Teorías de la Cultura y Métodos Antropológicos: Introducción (I Parte)

 Jimena Villasante Lajo
Carrera Profesional de Antropología
Universidad Nacional de San Agustín
E-mail: jimevl92@gmail.com

tumblr_m9okrd1kFO1rqpsabAutor anónimo. Recuperado de: http://ioannescasmurro.tumblr.com

 

A todos nos asombra encontrar estilos de vida, costumbres, culturas y organizaciones sociales distintas a las nuestras. Comprender cómo actúan y piensan los diversos grupos humanos, requiere de un análisis exhaustivo y reflexivo sobre su historia y contexto actual. Los antropólogos recogen datos, analizan y comparan los diferentes modos de vida que caracterizan la variedad humana, ofreciendo una perspectiva más amplia sobre la diversidad cultural y ayudando a apreciar mejor el propio estilo de vida. En este resumen de «Teorías de la Cultura y Métodos Antropológicos» de Ino Rossi y Edward O’Higgins, se podrá entender el campo de acción de la antropología, así como los métodos y objeto de estudio propios de esta disciplina.

El estudio antropológico de las diferencias humanas

“Antropología” se deriva de las palabras griegas logos (estudio) y anthropos (hombre), lo que significa literalmente “estudio del hombre”. Para los griegos, la antropología se trataba de la deducción abstracta sobre la naturaleza de los seres humanos y el significado de su existencia, mientras que para los científicos sociales actuales, la antropología se trata de una ciencia empírica basada en la observación sistemática y la recopilación de datos.

Los antropólogos, al recoger datos y elaborar análisis sobre las culturas que estudian, evitan en todo momento realizar opiniones basadas en la supremacía de una cultura sobre otra. A este tipo de perspectiva se le conoce como etnocentrista. Para reconocer las diferencias de una manera más objetiva, el antropólogo propugna el principio del relativismo cultural, según el cual las costumbres, los valores y las creencias deben ser entendidas de acuerdo a patrones culturales propios.

La cultura es el objeto de esta disciplina. El estilo de vida  hace referencia a las normas sociales, creencias y valores propios de los individuos pertenecientes a determinado grupo humano.  Asimismo, la cultura se manifiesta de dos maneras reconocidas por los antropólogos: la cultura material y la cultura mental. Las creencias y valores ayudan a explicar el origen de artefactos y herramientas, así como las pautas de conducta vigentes. Los artefactos y símbolos también funcionan como motivación para una conducta adecuada.

El antropólogo también estudia las características físicas de los humanos. No solo elabora estudios comparativos de las variedades sociales, sino también de las variedades biológicas de las personas, siendo la antropología una ciencia biológica y social comparativa. El antropólogo está sujeto a elaborar estudios comparativos, ya que no ignora su propia sociedad, la que estudia, y las estudiadas por otros. Cuando estudia las sociedades, el antropólogo toma en cuenta tanto las diferencias como las semejanzas. Como científico social, el antropólogo intentará formular explicaciones generales de la conducta humana, evaluando conductas convencionales y también necesidades básicas, biológicas y psíquicas.

Para formular explicaciones de leyes generales, primero debe analizar toda la estructura,  organización social y comportamientos, y luego deberá encontrar elementos culturales, pautas de actividad y procesos de desarrollo comunes.Al pensar en leyes naturales, cabe preguntarse si las diferencias entre costumbres son simples expresiones externas diferentes de idénticas necesidades físicas o diferentes modos de conseguir fines sociales idénticos o equivalentes, como diría el antropólogo Claude Lévi-Strauss, es necesario “explicar lo que las diferencias entre las sociedades tienen en común”.

Para explicar lo universal, tanto en similitudes como en diferencias, Levi Strauss propone un método particular: las diferencias culturales son combinaciones distintas de los un conjunto básico de elementos organizados en oposiciones binarias (Fuego- hielo, noche-día, muerte-vida). Los elementos en contraste varían de una cultura a otra, pero siempre aparecen organizados por parejas de opuestos. Por ejemplo, los elementos opuestos hombre-mujer se encuentran presentes en culturas de todo el mundo, sin embargo, su significado y cosmovisión varía de una a otra. En la cultura andina, el hombre y la mujer eran elementos opuestos complementarios. Un hombre no podía estar completo sin la presencia de una mujer, pues de la complementariedad de la pareja nacía toda la organización social, elaborando un solo proyecto ente ambas partes. En cambio, en el caso de la cultura occidental, el hombre y la mujer desarrollaban tareas separadas que iban de acuerdo a los roles sociales asignados para cada género, separando las actividades únicamente femeninas de las masculinas, como el cuidado de la casa, la cocina o la limpieza del hogar, por parte de la mujer, y las actividades lucrativas, políticas o de esfuerzo físico, por parte del hombre.

Independientemente de los elementos opuestos que se encuentran en los mitos, leyendas o cosmogonía de cada cultura, lo que el antropólogo busca analizar son las preocupaciones humanas que están detrás de este conjunto de opuestos binarios.

 

 

Bibliografía:

Inno, R. & O’Higgins, E. (1980). Theories of Culture and Anthropological Methods, in People in Culture. A Survey of Cultural Anthropology. España: Editorial Anagrama.

 

Los problemas de la Tía como una raya más al tigre

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Jimena Villasante Lajo
Carrera Profesional de Antropología
Universidad Nacional de San Agustín – Arequipa
E-mail: jimenavillasantelajo@gmail.com

Movimientos políticos como Tierra y Libertad, gremios  y muchos otros opositores al proyecto minero Tía María, han sido catalogados de “terroristas antimineros”  por parte de los defensores de éste. Entre dimes y diretes, se han hecho múltiples críticas, tanto al accionar de los defensores del Valle de Tambo como a la falta de consciencia social de los abogados de Tía María. Si bien es cierto, esta lucha entre grupos sociales ha desencadenado una situación explosiva y poco ventajosa para el bienestar social y económico de la región, e incluso, del país, pues no ha demostrado, una vez más, otra cosa que la incapacidad resolutiva y participativa del gobierno ante los problemas sociales. Buscar soluciones ante esta catástrofe se ha vuelto un dolor de cabeza para quienes consideran importante el futuro bienestar del país.

Si bien es cierto, tras las 138 observaciones que la UNOPS hizo sobre el primer proyecto de la minera en cuestión, no se han respondido gran parte de éstas, pese a haberse “levantado” todos los puntos resaltados, dejando grandes vacíos sin explicación alguna y a gran parte de la población afectada muy confundida. Este ya debió haber sido un signo de alerta ante una posible avalancha de problemas frente a la ejecución del proyecto, sin embargo, como si fuera cuestión de imposición, se continuó con el plan y el problema siguió creciendo.

Las críticas seguían lloviendo hacia los opositores del proyecto, sustentando que oponerse e éste significa “oponerse a las inversiones y al progreso en Arequipa”, declaración hecha por el congresista Eguren y, para variar, copiada y adoptada por la “opinión pensada” de gran parte de la población defensora de ”la Tía”. Del lado contrario, bajo una opinión también ya pensada, se sustentaba que Islay tiene muchas potencialidades que los pobladores buscan sacar adelante, como las hectáreas de cultivo a ser explotadas y el turismo propio de las playas de la provincia.

Es aquí donde hay que elaborar una reflexión más profunda, pues es muy tentativa la idea de plantear otras alternativas de crecimiento relacionadas y sustentadas en la megadiversidad del país, como la agroexportación, el turismo, la industria, las pymes e incluso una minería mejor controlada que complemente estas actividades. Estos planteamientos parecen ser ideales para un cambio en la orientación del crecimiento nacional, sin embargo, la implementación y ejecución de los mismos significa grandes esfuerzos y reformas sociales, pues, la megadiversidad no sólo está presente en la materia prima y recursos naturales del país, sino también en las personas y grupos sociales que viven con éstos y de éstos.

Es bien sabido que miles de políticas públicas no pasan del nivel de formulación y buenas intenciones, ya que nunca se desarrolla la forma de ejecución para hacerlas efectivas. Plantear la posibilidad de explotar todas las hectáreas de cultivo posibles que posee nuestro país, supone también relacionarse con la mano de obra de estos terrenos; ésta se trata, pues, de las dueñas y señoras de las tierras de cultivo: las comunidades campesinas. Especialistas en el tema, conocen muy bien la forma de vida propia de estos grupos, quienes, a diferencia de los sectores industriales, guían su forma de trabajo y producción en base a sus propias y diversas costumbres. Verlo desde un punto de vista puramente empresarial resulta fácil, pues al ofrecerles dinero y una mejor calidad de vida, se obtiene el terreno para la producción en masa, e incluso  el título de salvador y héroe del momento.

No obstante, pasar por sobre esta megadiversidad cultural supone consecuencias importantes en el aspecto socio-cultural de la población, generando nuevos problemas que a largo plazo podrían afectar el comportamiento social. Arrebatar por la fuerza una costumbre muy arraigada deja vacíos en los grupos sociales afectados, quienes tratarán de reconstruir su identidad. El problema está en que quienes deben encargarse de brindarles apoyo para que puedan estabilizarse, están más enfocados en el crecimiento económico que producen estas nuevas industrias, el cual será destinado a cubrir las necesidades económicas de estos grupos afectados, pero es importante considerar que éstas necesidades no son realmente económicas, sino socio-culturales.

Atreverse a reformar la realidad de un país es de valientes, ya que no sólo se enfrentan a las necesidades económicas propias de un país en desarrollo, sino también a los históricos y diversos problemas socio-culturales de quienes conforman este país, problemas que influyen enteramente en las decisiones que guiarán el actuar de los que, en su momento, decidirán el futuro de la nación.

Estimados GenSapiens

Ustedes tienen el gen del sabio: aquel que los hace capaces de pensar, de ser conscientes. Es por ello que nos hemos autodenominado «Homo Sapiens», esto es, hombre sabio. Y aquella capacidad de pensar sobre lo que somos conscientes, debe ser ejercida desde el momento en el que empezamos a expresarnos. Este espacio ha sido creado por un grupo de estudiantes universitarios de antropología, que buscan expresar todos los conocimientos adquiridos en cada año de estudios. Es por ello que, con mucha emoción y con todo el ánimo de hacer crecer esta comunidad, les ofreceremos una serie de artículos, ensayos e investigaciones sobre distintos temas relacionados a ciencias sociales y humanidades.

Esperando que cada vez seamos más quienes se unan a la comunidad de los Erastai Phronesis, los amantes de la sabiduría y el conocimiento, los invitamos a leer y comentar los artículos que aquí exponemos.

¡Buenas Vibras!